Entrevista (1)
- ¿Qué podría decir de la crítica cinematográfica de la prensa española?
- La periodista que con más emoción escribe sobre cine es Begoña del Teso, que publica en el Diario Vasco de San Sebastián. Como usted sabe, vivo desde hace algunos años lejos de España y el festival de San Sebastián, por ejemplo, lo sigo siempre a través de las crónicas que Begoña del Teso publica en internet.
Recuerdo además con cariño que una vez, mientras asistía a un ciclo que se hizo en San Sebastián sobre Iván Zulueta, Begoña contó el secreto de las voces del cine Principal... Desveló el secreto de las voces misteriosas que de vez en cuando sonaban en aquel lugar revelando que provenían de unas interferencias con la radio de una pastelería que hay frente al teatro. Y desde entonces, y gracias a esta historia, imagino el subsuelo de la ciudad vieja de San Sebastián como un lugar fantástico, lleno de galerías, subterráneos, catacumbas y pasajes secretos que conectan los cines con las pastelerías de la ciudad.
Por desgracia, nunca he podido hablar con ella de cine, aunque durante algunos años nos cruzamos en las calles frías del festival de cine de Berlín. Pero nunca nadie nos presentó ni nos dijimos nada.
- La periodista que con más emoción escribe sobre cine es Begoña del Teso, que publica en el Diario Vasco de San Sebastián. Como usted sabe, vivo desde hace algunos años lejos de España y el festival de San Sebastián, por ejemplo, lo sigo siempre a través de las crónicas que Begoña del Teso publica en internet.
Recuerdo además con cariño que una vez, mientras asistía a un ciclo que se hizo en San Sebastián sobre Iván Zulueta, Begoña contó el secreto de las voces del cine Principal... Desveló el secreto de las voces misteriosas que de vez en cuando sonaban en aquel lugar revelando que provenían de unas interferencias con la radio de una pastelería que hay frente al teatro. Y desde entonces, y gracias a esta historia, imagino el subsuelo de la ciudad vieja de San Sebastián como un lugar fantástico, lleno de galerías, subterráneos, catacumbas y pasajes secretos que conectan los cines con las pastelerías de la ciudad.
Por desgracia, nunca he podido hablar con ella de cine, aunque durante algunos años nos cruzamos en las calles frías del festival de cine de Berlín. Pero nunca nadie nos presentó ni nos dijimos nada.
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