Cuenta atrás
10.
Y así fue como dejó, cerrando cuidadosamente la puerta, ese lugar misterioso que, sin duda, no volvería jamás a ver.
9.
Un viaje en tren y un itinerario que realizaré recordando al viejo Robert Walser, al joven Alain Fournier:
La Chapelle dAngillon, Sologne, Les Bas Berry, Bourges y Les Espargues.
8.
Desde que escribo en una caja, no puedo dejar de anotar otras cajas con cosas dentro. Página 272:
Ya había inspeccionado vanamente no sé cuántas alacenas y armarios, abriendo, en los cuartos trasteros, una gran cantidad de antiguos paquetes de todas las formas, que tan pronto se encontraban llenos de envoltorios de viejas cartas y de fotografías amarillentas de la familia De Galais, como rebosantes de flores artificiales, de plumas, de penachos, y de pájaros pasados de moda. De esas cajas se escapaba no sé qué olor marchito, de perfume extinguido, que, de repente, despertaba en mí durante todo un día los recuerdos, las nostalgias, y detenía mis búsquedas.
7.
Otra vez los recuerdos. Página 280:
-Lo que me gusta en usted me dijo mirándome lentamente-, lo que me gusta en usted, no puedo saber por qué, son mis recuerdos.
6.
Una canción en la página 105 que hace que me acuerde de aquella película que ustedes vieron en San Sebastián (The red shoes, Michael Powell, 1948) mientras yo me metía en una sala en la que daban una del espacio:
Mis zapatos son rojos
Adiós, mi amor
Mis zapatos son rojos
¡Adiós, para siempre!
5.
En un primer momento me acordé en Erice y de Erick Zonka. Después pensé que Truffaut o Renoir podrían haber realizado una gran película con este material.
Pero hoy escribo que ese pueblo de provincias francés en el que se desarrolla la acción de El gran Meaulnes está en oriente.
Hou Hsiao Hsien. He estado repasando el comienzo de Millenium Mambo (2001). Y el tono de esta película es el mismo que encuentro en las despedidas, tristezas y ausencias de Meaulnes. La película comienza así, hablando de un tiempo lejano en el que sucedieron muchas cosas:
Rompía con Hao-hao, pero él siempre la encontraba. La llamaba, le rogaba que volviera una y otra vez. Como si estuviera hechizada o hipnotizada, no podía escapar. Siempre volvía. Se decía a sí misma que tenía 500.000NT$ en el banco. Cuando los hubiera gastado, le dejaría para siempre. Esto sucedió hace diez años....
4.
Página 97:
Meaulnes se quedó un momento desconcertado viéndola marcharse. Después siguió su camino. Entonces, la joven, desde lejos, en el momento en que se perdía otra vez entre la muchedumbre de invitados, se detuvo y volviéndose hacia él, le miró largamente por primera vez. ¿Era una señal de adiós? ¿Era para prohibirle que le acompañara? O quizá, ¿tenía todavía algo que decirle?.
3.
En 1913, el escritor francés Alain Fournier publicó su primera y única novela, titulada El Gran Meaulnes. Fournier murió en 1914 en el campo de batalla de Les Espargues. Tenía 28 años. Justo la edad que tengo yo ahora.
2.
Anotaciones para un viaje francés que debo hacer en algún momento: La Chapelle dAngillon, Sologne, Les Bas Berry, Bourges, Les Espargues. Y al llegar a Les Espargues, reservar una habitación en algún hostal, tomar unas últimas notas, sacar algunas fotografías en blanco y negro, cenar un plato de caza con vino de la región y escribir unas cartas postales antes de retirarme a dormir.
1.
La última vez que hice un viaje muy largo en tren, partí de Stuttgart, hice una parada en Estrasburgo y atravesé después una Francia nocturna y de invierno hasta llegar a París. Pasé un día en la ciudad y a la mañana siguiente volví al tren; después de muchas horas dormitando, leyendo, tomando algunas notas y mirando por la ventana del vagón, llegué por fin a la frontera de Irún. De aquel viaje emocionante y frío guardo en mi cuaderno una anotación sacada de la página 197 del libro Vértigo de W. G. Sebald:
La presión bajo la que me encontraba no se aplacó hasta que el tren no estuvo rodando por el interior de la estación de trenes de Heidelberg, donde la gente que había en los andenes era tan numerosa que de inmediato los supuse fugitivos de una ciudad en vías de extinción o ya extinta.
Y así fue como dejó, cerrando cuidadosamente la puerta, ese lugar misterioso que, sin duda, no volvería jamás a ver.
9.
Un viaje en tren y un itinerario que realizaré recordando al viejo Robert Walser, al joven Alain Fournier:
La Chapelle dAngillon, Sologne, Les Bas Berry, Bourges y Les Espargues.
8.
Desde que escribo en una caja, no puedo dejar de anotar otras cajas con cosas dentro. Página 272:
Ya había inspeccionado vanamente no sé cuántas alacenas y armarios, abriendo, en los cuartos trasteros, una gran cantidad de antiguos paquetes de todas las formas, que tan pronto se encontraban llenos de envoltorios de viejas cartas y de fotografías amarillentas de la familia De Galais, como rebosantes de flores artificiales, de plumas, de penachos, y de pájaros pasados de moda. De esas cajas se escapaba no sé qué olor marchito, de perfume extinguido, que, de repente, despertaba en mí durante todo un día los recuerdos, las nostalgias, y detenía mis búsquedas.
7.
Otra vez los recuerdos. Página 280:
-Lo que me gusta en usted me dijo mirándome lentamente-, lo que me gusta en usted, no puedo saber por qué, son mis recuerdos.
6.
Una canción en la página 105 que hace que me acuerde de aquella película que ustedes vieron en San Sebastián (The red shoes, Michael Powell, 1948) mientras yo me metía en una sala en la que daban una del espacio:
Mis zapatos son rojos
Adiós, mi amor
Mis zapatos son rojos
¡Adiós, para siempre!
5.
En un primer momento me acordé en Erice y de Erick Zonka. Después pensé que Truffaut o Renoir podrían haber realizado una gran película con este material.
Pero hoy escribo que ese pueblo de provincias francés en el que se desarrolla la acción de El gran Meaulnes está en oriente.
Hou Hsiao Hsien. He estado repasando el comienzo de Millenium Mambo (2001). Y el tono de esta película es el mismo que encuentro en las despedidas, tristezas y ausencias de Meaulnes. La película comienza así, hablando de un tiempo lejano en el que sucedieron muchas cosas:
Rompía con Hao-hao, pero él siempre la encontraba. La llamaba, le rogaba que volviera una y otra vez. Como si estuviera hechizada o hipnotizada, no podía escapar. Siempre volvía. Se decía a sí misma que tenía 500.000NT$ en el banco. Cuando los hubiera gastado, le dejaría para siempre. Esto sucedió hace diez años....
4.
Página 97:
Meaulnes se quedó un momento desconcertado viéndola marcharse. Después siguió su camino. Entonces, la joven, desde lejos, en el momento en que se perdía otra vez entre la muchedumbre de invitados, se detuvo y volviéndose hacia él, le miró largamente por primera vez. ¿Era una señal de adiós? ¿Era para prohibirle que le acompañara? O quizá, ¿tenía todavía algo que decirle?.
3.
En 1913, el escritor francés Alain Fournier publicó su primera y única novela, titulada El Gran Meaulnes. Fournier murió en 1914 en el campo de batalla de Les Espargues. Tenía 28 años. Justo la edad que tengo yo ahora.
2.
Anotaciones para un viaje francés que debo hacer en algún momento: La Chapelle dAngillon, Sologne, Les Bas Berry, Bourges, Les Espargues. Y al llegar a Les Espargues, reservar una habitación en algún hostal, tomar unas últimas notas, sacar algunas fotografías en blanco y negro, cenar un plato de caza con vino de la región y escribir unas cartas postales antes de retirarme a dormir.
1.
La última vez que hice un viaje muy largo en tren, partí de Stuttgart, hice una parada en Estrasburgo y atravesé después una Francia nocturna y de invierno hasta llegar a París. Pasé un día en la ciudad y a la mañana siguiente volví al tren; después de muchas horas dormitando, leyendo, tomando algunas notas y mirando por la ventana del vagón, llegué por fin a la frontera de Irún. De aquel viaje emocionante y frío guardo en mi cuaderno una anotación sacada de la página 197 del libro Vértigo de W. G. Sebald:
La presión bajo la que me encontraba no se aplacó hasta que el tren no estuvo rodando por el interior de la estación de trenes de Heidelberg, donde la gente que había en los andenes era tan numerosa que de inmediato los supuse fugitivos de una ciudad en vías de extinción o ya extinta.
3 comentarios
Layla -
sigue asi.
angel -
sanjuro -