El mar en invierno
1.
Nadar. Nadar solo. Quizá sea una de las formas de soledad más extrañas (y añado esta frase a mis apuntes sobre comer con cuchara). Contar bajo el agua: uno, dos, tres, cuatro, cinco... Dar la vuelta como lo hacen los nadadores olímpicos. Nunca supe cómo dar esa vuelta hasta que el año pasado la nadadora Jess me explicó cómo se hacía. Entrené mucho hasta que me salió.
Cuarenta largos en el Club Natación Bohemios de Montevideo (totalmente Kaurismäki este club). Y sigo con unos apuntes sobre la natación y el cine.
2.
Títulos que me gustan mucho como títulos:
Letter from an unknown woman, Max Ophüls, 1948.
Nadar solo, Ezequiel Acuña, 2003.
3.
Viendo la película de Ezequiel Acuña me acordé de Los cuatrocientos golpes de Truffaut, de Rebella y Stoll y del director español Salvador García Ruiz.
4.
El mar siempre al fondo. Y un profesor pasando lista en el colegio y protagonizando uno de esos diálogos que yo calificaría de finlandeses.
-Alcuri.
-Presente.
-Babio.
-Yo, presente.
-La próxima más fuerte, Babio, así le escuchamos todos. Canempar, Canempar... ¿Otra vez faltó Canempar?
-Sí, está enfermo, creo que tiene gripe.
-¿No se había lastimado el tobillo la semana pasada este Canempar?
-No, no, el del tobillo soy yo.
-¿Y cómo va, estás mejor?
-No, pero no quiero seguir faltando.
-¿Canempar era el pelirrojo de anteojos? ¿Ese es Canempar?
-No. El pelirrojo es Santín. Y el de anteojos es un chino, Cheng Tung.
5.
Cuando llegaron los créditos, anoté el nombre de una banda argentina de la que quiero saber algo más:
Jaime sin tierra.
6.
Una caja dentro de una caja. Una caja dentro de una película. Una nota breve sobre esa caja de cartón que encuentra Martín, el personaje de Nadar solo: en su interior, entre cables, cintas de música y libros, un papel en el que su puede leer:
Mariana Bilinghurst, 1900.
7.
Juramento:
Juro que esto que me dijo Martín no se lo voy a contar a nadie, y mucho menos a papá y a mamá, o si no que me pise un barco.
8.
El mar siempre al fondo. Y una explicación frente a una playa de invierno:
El agua tarda más en asimilar la temperatura, mucho más que el aire. Por eso, de día, aunque haga calor, el agua está fría porque la luna la enfrió durante toda la noche. Y de noche está caliente porque recibió el calor del sol durante todo el día.
Nadar. Nadar solo. Quizá sea una de las formas de soledad más extrañas (y añado esta frase a mis apuntes sobre comer con cuchara). Contar bajo el agua: uno, dos, tres, cuatro, cinco... Dar la vuelta como lo hacen los nadadores olímpicos. Nunca supe cómo dar esa vuelta hasta que el año pasado la nadadora Jess me explicó cómo se hacía. Entrené mucho hasta que me salió.
Cuarenta largos en el Club Natación Bohemios de Montevideo (totalmente Kaurismäki este club). Y sigo con unos apuntes sobre la natación y el cine.
2.
Títulos que me gustan mucho como títulos:
Letter from an unknown woman, Max Ophüls, 1948.
Nadar solo, Ezequiel Acuña, 2003.
3.
Viendo la película de Ezequiel Acuña me acordé de Los cuatrocientos golpes de Truffaut, de Rebella y Stoll y del director español Salvador García Ruiz.
4.
El mar siempre al fondo. Y un profesor pasando lista en el colegio y protagonizando uno de esos diálogos que yo calificaría de finlandeses.
-Alcuri.
-Presente.
-Babio.
-Yo, presente.
-La próxima más fuerte, Babio, así le escuchamos todos. Canempar, Canempar... ¿Otra vez faltó Canempar?
-Sí, está enfermo, creo que tiene gripe.
-¿No se había lastimado el tobillo la semana pasada este Canempar?
-No, no, el del tobillo soy yo.
-¿Y cómo va, estás mejor?
-No, pero no quiero seguir faltando.
-¿Canempar era el pelirrojo de anteojos? ¿Ese es Canempar?
-No. El pelirrojo es Santín. Y el de anteojos es un chino, Cheng Tung.
5.
Cuando llegaron los créditos, anoté el nombre de una banda argentina de la que quiero saber algo más:
Jaime sin tierra.
6.
Una caja dentro de una caja. Una caja dentro de una película. Una nota breve sobre esa caja de cartón que encuentra Martín, el personaje de Nadar solo: en su interior, entre cables, cintas de música y libros, un papel en el que su puede leer:
Mariana Bilinghurst, 1900.
7.
Juramento:
Juro que esto que me dijo Martín no se lo voy a contar a nadie, y mucho menos a papá y a mamá, o si no que me pise un barco.
8.
El mar siempre al fondo. Y una explicación frente a una playa de invierno:
El agua tarda más en asimilar la temperatura, mucho más que el aire. Por eso, de día, aunque haga calor, el agua está fría porque la luna la enfrió durante toda la noche. Y de noche está caliente porque recibió el calor del sol durante todo el día.
4 comentarios
Erri-Berri -
Ayer vi "Tout pour plaire", una comedia dramática tonta francesa de estreno, y las tres mujeres nadaban, vaya si nadaban, en la piscina.
La cultura del agua. Quizá todo esto tenga que ver con que somos un país árido, seco. Más de caminar que de nadar.
Caminar tampoco está mal: "El extraño viaje" (Fernando Fernán Gómez, 1964).
Un país que quire limpiarse de polvo y paja.
arpola -
Y los cuerpos flotantes del mono loco, tan glaucos, tan sórdidos, tan imposibles en un tipo como Trueba.
manolo -
'inquieto' es la versión que aparece en nadar solo. www.jaimesintierra.com.ar
mermelaide -
LLega verano la palya y la arena y las competiciones de hacer el pino bajo el mar...
No nos olvidemos de las otras películas de nadadoras que cantan y nadan entre nenúfares de tela...