El futuro (y el pasado)
El jueves por la tarde puse Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Dejé a un lado el argumento, las localizaciones, los diálogos e interpretaciones y observé la película como un espacio en el que personajes que ya no estaban entre nosotros volvían a la vida. Me acordé de una época en la que nunca había vivido; me acordé de unos cines en los que nunca había entrado. Y me sentí emocionado al ver los gestos y movimientos de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
Creo que poco a poco voy comprendiendo la capacidad del cine para retener el tiempo. Creo que poco a poco voy comprendiendo la capacidad del cine para definir nuestras biografías.
Y sé que cuando sea viejo lloraré en todas las películas.
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